Cuidado a personas
Llámanos: 617 436 636 - 988 688 857

Temas

Los síntomas de la depresión en mayores, invisibles a primera vista

18/04/2024· LA SALUD DE NUESTROS MAYORES

Casi un cuarto de millón de ancianos tienen depresión en España


Cómo detectar la depresión en personas mayores


La identificación temprana de este estado de ánimo es crucial para establecer un correcto diagnóstico ABC
 
 
Esteban comparte fotos de su casa vacía en redes sociales. Lo mismo hace Trini. De la pulcra y ordenada mesa del aparador, a las vistas de los atardeceres que vislumbran por la ventana. Ambos muestran una alta irritabilidad y muchísimas dificultades para dormir por la noche… Son señales que, quizás, nadie asocia directamente con un estado depresivo, pero que dejan una evidencia palmaria de la soledad inmensa de estas personas.

La depresión en la vejez puede no ser tan visible como en etapas anteriores de la vida. De hecho, a menudo pasa desapercibida, camuflada por otros problemas de salud derivados de la edad. Sin embargo, su impacto en los mayores es significativo, afectando en gran manera a su calidad de vida y bienestar emocional.

Según datos que maneja TK Home Solutions, casi un cuarto de millón de ancianos tienen depresión en España. La identificación temprana de este estado de ánimo es crucial para establecer un correcto diagnóstico y un tratamiento efectivo.

Estos son algunos de los síntomas que señalan desde esta organización que nos podrían poner en alerta:

 
Cambios en el estado de ánimo


1. La tristeza, la sensación de desesperanza y la irritabilidad son síntomas que conviene observar, especialmente si perduran en el tiempo, ya que podrían indicar un cuadro depresivo.

2. Alteraciones en el sueño
Las dificultades para conciliar el sueño, despertarse frecuentemente durante la noche o dormir demasiado pueden servir para detectar la depresión en ancianos.

3. Más o menos apetito
Una pérdida o aumento de peso sin cambios aparentes en la dieta pueden reflejar tanto un descuido de la alimentación por abatimiento como un intento de sentirse mejor emocionalmente a través de la comida.

4. Retraimiento social
En algunas ocasiones, los ancianos deprimidos pierden interés en actividades sociales y evitan participar en eventos familiares.

5. Fatiga constante
 La sensación permanente de cansancio, la falta de energía y la dificultad para llevar a cabo actividades diarias pueden ser un síntoma de malestar emocional.

6. Problemas cognitivos
La depresión en ancianos también puede llevar asociadas, en algunos casos, dificultades de concentración, olvidos frecuentes y una más que evidente lentitud en la toma de decisiones, lo que puede afectar a la capacidad para realizar tareas diarias de manera eficiente.

7. Quejas físicas sin causa aparente
Los ancianos que sufren depresión suelen quejarse de dolores, molestias gastrointestinales y otros síntomas somáticos que no tienen una explicación médica.

8. Pérdida de interés
La falta de motivación ante actividades que solían ser placenteras, así como la pérdida de alegría y entusiasmo por la vida merecen una atención especial.

9. Expresiones de desesperanza
Los ancianos deprimidos pueden tener comentarios recurrentes acerca de sentirse inútiles. Si el mayor verbaliza que tiene deseo de morir, requiere de una evaluación médica inmediata.

10. Descuido personal
El descuido en la higiene personal y la falta de interés en el autocuidado pueden ser indicativos de una pérdida de motivación y autoestima asociadas con la depresión.

 

Los cuidados que requiere un anciano


La familia debe ser consciente de que, proporcionando apoyo y la atención médica requerida, los ancianos con depresión pueden mejorar su calidad de vida, si bien será necesario adaptar los cuidados a las necesidades, gustos y circunstancias personales de cada persona.

Para ello, según indica Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home Solutions, será necesario realizar una evaluación médica y gestión de sus enfermedades crónicas. Además de los controles médicos regulares es necesario gestionar las enfermedades crónicas. En este punto sería recomendable, señala, «la implementación de un plan de atención médico personalizado, que incluya revisiones periódicas y la adaptación de tratamientos si es necesario, contribuirá a mejorar la salud física y emocional del anciano».

Por complicado que parezca, prosigue, habría que fomentar la actividad física: «En este sentido, conviene introducir ciertas actividades adaptadas a las capacidades del mayor, incluyendo ejercicios aeróbicos, y de flexibilidad y fortalecimiento muscular. El ejercicio regular promueve la liberación de endorfinas que mejoran el estado de ánimo y contribuyen a reducir el estrés».

Sin duda, hay que realizar una estimulación cognitiva y actividades recreativas. «Esto no tiene por qué limitarse a la realización de rompecabezas y juegos de memoria. El anciano también puede participar en actividades relacionadas con la música, el arte o la lectura, lo que le ayudará a mantener una mente activa», recuerdan. El aprendizaje continuado, señalan los expertos, es otra de la claves. Así, incentivar la participación del anciano en actividades educativas, como clases, talleres o grupos de estudio, no solo estimulará su mente, sino que también le ayudará a encontrar una razón para vivir.

Socializar es clave


Todos los estudios ya advierten sobre la importancia del fomento de las relaciones sociales. «Hay que animar al anciano a salir con amigos y a participar en actividades sociales que pueden mejorar su estado de ánimo», recomiendan desde TK Home Solutions. Además, sería bueno fomentar su autonomía, lo que implica brindar al anciano opciones en la toma de decisiones diarias con el fin de reforzar en él la sensación de control y autoestima.

Puede resultar necesario, prosiguen, «que este reciba apoyo psicológico y terapia a través de la terapia cognitivo-conductual o la terapia de grupo, lo que puede brindar al mayor un espacio para explorar y gestionar sus emociones», indican desde esta organización. Y si se da el caso de que necesita medicación para la depresión, añaden, «por supuesto bajo supervisión médica y con un monitoreo constante para asegura la eficacia del tratamiento y los ajustes necesarios según la evolución del paciente».

Otros aspectos en los que hay que incidir es en que el mayor lleve una nutrición balanceada, con una dieta adaptada a sus necesidades por un nutricionista, que le garantice la ingesta adecuada de nutrientes. Este punto está enmarcado dentro del establecimiento y creación de rutinas diarias capaces de proporcionar una sensación de previsibilidad y de orden, elementos fundamentales para reducir su ansiedad.


Por último, no hay que olvidar las bondades del contacto con la naturaleza para la mejora del estado de ánimo. «Está comprobado que facilitar el acceso del anciano a espacios al aire libre, como jardines o parques, y promover el contacto con la naturaleza, tiene beneficios terapéuticos para su salud mental», concuyen desde esta entidad.

¡Compártelo!